martes, 19 de mayo de 2009

PEHUAJO PINO SOLANAS Carrió y Kirchner defienden el mismo modelo económico






"Carrió y Kirchner defienden el mismo modelo económico"


Pino Solanas asegura que la líder de la Coalición y el ex presidente “apoyan un modelo de saqueo como el de Menem”. El candidato a diputado asegura que alcanzará el 15% de los votos. En entrevista exclusiva con LPO, señaló que las ideas de Perón no se encuentran ni en el kirchnerismo ni el peronismo disidente, y desafió a discutir el pensamiento del general.

Por Francisca Valsecchi | 18.05.2009 19:09:00

A pesar de ser director en el cine, en la vida política Fernando Pino Solanas siempre fue un actor. Y de los activos. Cada realidad que encontró para denunciar, la plasmó en una película. La Hora de los Hornos, Los hijos de Fierro, El exilio de Gardel, Sur, Memoria de un saqueo y Próxima estación, son las más destacadas. Mostró cómo en cada época se reproducía a su manera la censura, proscripción, el exilio, la represión, cómo afectó la salvaje privatización del menemismo no sólo a las arcas del país sino también a los usuarios. “El cine es mi lenguaje”, se define en una charla con La Política Online en un bar cercano al Congreso, quizás, anticipándose a su futuro más cercano. Y con esa voz es que ya planea poner en la mesa de campaña sus filmes para difundirlos. Y con ellos, su pensamiento y su proyecto de país.

Solanas encabeza la lista de diputados nacionales de Proyecto Sur en alianza con el partido Solidaridad e Igualdad. Un espacio que fue avanzando de a poco y que hoy, según las encuestas pelea se ubica en el tercer lugar de intención de voto en la Ciudad de Buenos Aires. Está detrás de Gabriela Michetti, del PRO, y de Alfonso Prat Gay, de Coalición Cívica. Y pelea la tercera posición con el oficialista Carlos Heller y el ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra. “¡Qué peleando!”, grita indignado sin que se le mueva un solo pelo de su blanca cabellera. Engominado y peinado hacia atrás, dejó en el pasado los graciosos pelos al viento que le generaban una apariencia de loco. Con una sonrisa pícara calcula: “Heller tiene el 5% e Ibarra, que está en caída libre tiene 7%”.

¿Por qué decidió encabezar la lista de Proyecto Sur y no aliarse con Heller o Ibarra?


Ibarra hoy es lo que quedó de algo que en algún momento tuvo aroma de progresista, pero terminó siendo un proyecto de mentiras. Y Heller es el candidato del oficialismo y otra muestra del acuerdo de los Kirchner con los banqueros.

¿El electorado de Ibarra y Heller es al que apuntan para sumar votos?

No. Nosotros queremos pelear el electorado de Carrió y el independiente de Capital que, cansado de traiciones y desahuciado, termina votando al empresario. El empresario se ha dedicado a vender bienes de la comuna de Buenos Aires, pero no ha resuelto ninguno de los problemas de la Ciudad, la salud y la educación son un desastre.

¿Por qué el de Carrió y no el peronismo?

Porque tenemos el voto de un sector del PJ, el independiente y también captamos a gente que antes se inclinaba por (Elisa) Carrió o por Macri. Carrió defiende el mismo modelo económico que Kirchner. Defiende el saqueo de los recursos naturales. Tiene entre sus senadores a la hija de José Estenssoro, el primer presidente que nombró Menem para la destrucción de YPF, lleva como primer diputado a Prat Gay, que fue asesor monetario de la banca Morgan, uno de los tres bancos que vació a la Argentina en 2001. Un economista que hoy dice que el país debe volver a pedirle plata al FMI. Es una verdadera vergüenza. Carrió lleva un proyecto claramente de derecha y conservador en lo económico. En el modelo impositivo que propone, en mantener la ley de entidades financieras de Martínez de Hoz y el modelo de saqueo del petróleo y la minería, no difiere de Macri ni de Kirchner.

Proyecto Sur apoyó algunas de las medidas del Gobierno como la estatización de Aerolíneas, una empresa hoy se sabe que todavía está en manos de Marsans y que da pérdidas millonarias al Estado, ¿mantiene su apoyo?

Todas las aerolíneas del mundo dan pérdidas. "Me parece un disparate absoluto escuchar a Macri pidiendo la reprivatización de Aerolíneas Argentinas. Desde la desregulación del transporte aéreo mundial que se produjo en la época de (James) Carter, hay mil compañías de aviación quebradas. Así que no es que Aerolíneas es la excepción.

¿Tiene sentido que el Estado se haga cargo de esas pérdidas?

La tasa de accidentes aéreos aumentó junto con la desregulación. No se puede dejar un transporte tan ligado a la seguridad en manos de la renta. Tiene que haber intereses que sean superiores. Aerolíneas vuela con aviones que son una vergüenza. Toda la flota está pasada de horas. Cuando se privatizó esta compañía, la tomó Iberia, una gran compañía internacional que vació la empresa, vendió los 28 aviones propios que tenía y desmanteló los talleres para fundirla. Proyecto Sur apoyó la idea de reestatizarla, pero hizo correcciones al plan oficial. El Gobierno quería salvar al delincuente de Marsans que había vaciado la compañía y luego volverla a privatizar. Nosotros proponíamos que quedara en manos del Estado.

Pero no está en manos del Estado todavía…

Lo que pasa es que el Estado nacional no ha terminado de arreglar con Marsans. Hay un negocio por debajo de la mesa entre Ricardo Jaime que reporta directamente a Néstor Kirchner y, pese a que el Tribunal de cuentas y la Auditoría de la Nación establecieron que sólo valía un peso, siguen negociando con el grupo español. El Gobierno debería haberlo denunciado ante el CIADI. Sino, ¿cómo se entiende que el Gobierno se haga cargo de un contrato del grupo con Airbus para comprar aviones? Argentina debe poner en práctica otro modelo de empresa pública, que no sea el viejo estilo de compañía dominada y digitada por el partido gobernante, sino que debe ser controlada por la comunidad, por los trabajadores, los funcionarios y técnicos y los usuarios.

¿No le rescata nada a este Gobierno?

Las buenas medidas en derechos humanos, en la integración con países de América Latina. Y algunas correcciones en lo económico. Pero sigue manteniendo el modelo neoliberal. Lo hizo con (Roberto) Lavagna y lo hace ahora. Sólo cambió modelos de gestión, pero, al igual que Macri y Carrió, no cuestionan el rol de las privatizadas ni el sistema bancario ni el impositivo. Y sigue teniendo el 40% de la masa salarial en negro. El año pasado se cayeron todos los bancos del mundo. En Argentina, fue el sector que más ganancia tuvo. Eso da una pauta del modelo. Es como los ingleses, elegante. Se abraza con los progresistas, pero sigue siendo neoliberal. Por supuesto que hay diferencia entre Carrió, Macri y Kirchner. Pero en la aplicación del modelo, no en la esencia.

Ud. está filmando una nueva película que trata sobre la política en minería y petróleo, ¿qué opina del avance de las obras que la Barrick Gold hará en San Juan mientras se sigue cuestionando el interés del gobernador José Luis Gioja?

A nosotros no nos sirven para nada estos proyectos mineros, lo único que dejan es una contaminación monumental. En el caso de Pascua Lama, la Barrick Gold, se va a llevar 50.000 millones de dólares, dividido en 40 millones de onzas de oro y 1.000 millones de onzas de plata. El problema de la Argentina es que la minería es la única rama de la economía a la que se le permite exportar sin exigencia de reingresar las divisas. Somos la sexta reserva de minerales del planeta, con yacimientos valuados en 200.000 millones de dólares. Sin embargo, seguimos profundizando una política de devastación y saqueo de recursos estratégicos no renovables, que no traen el progreso, sino que nos transforma en la Potosí del siglo XXI. Se premian las exportaciones de las multinacionales mineras con subsidios del 2,5 al 7 por ciento, mientras dejan fuera del país el 100% de sus ventas. No hay control de la extracción.

¿En qué se diferencia proyecto Sur de otros partidos?

Es un punto de convergencia y encuentro entre varias culturas nacionales, como la vieja causa radical, la peronista, la de derechos sociales y humnons y la causa de los sectores progresistas y de izquierda. Nos juntamos alrededor de un proyecto que tiene cuatro ejes.

¿Cuáles son?

El primero es terminar con la pobreza, la indigencia y el vaciamiento educacional del país. Tenemos 4 millones de indigentes, el 10% de la población, y 13 millones de pobres. Para terminar con esta situación, hay que recuperar los recursos del subsuelo argentino, petróleo gas y minería. Ese es el segundo eje y representa una renta de unos 30.000 millones de dólares anuales al menos. Esos son los números que maneja el sector privado, pero quizás sea más porque las corporaciones hacen la declaración jurada sin ningún control público de lo que presentan, la defraudación es enorme.

Con esa masa de dinero es posible duplicar el presupuesto de salud y enseñanza. La otra gran medida es la puesta en marcha de las industrias públicas que son grandes generadoras de empleo, como los ferrocarriles, la flota marítima nacional. Hoy los astilleros están a un tercio de su producción y Argentina derrocha dinero en fletes. Se gasta 3.000 millones de dólares anuales. Fabricar 40 barcos en el país costaría 1.000 millones, un tercio. Y le daría 20 veces más empleos que los que poseen los astilleros hoy financiándose con los depósitos de los bancos oficiales. Lo mismo con la aeronáutica. Y le da trabajo a centenares de fábricas subsidiarias.

¿Y el cuarto eje de su campaña?

Democratizar la democracia, las instituciones de la república e introducir las reformas necesarias para que el Parlamento no sea un apéndice del Poder Ejecutivo. Y lo mismo con la Justicia. Acá se comenzó con una reforma judicial que quedó sólo en la Corte Suprema y en las Cámaras de Casación o los juzgados federales se encuentra la misma gente que en la época de Menem. Acá hay que hacer una fuerte reforma del sistema electoral. Todo esto de las candidaturas testimoniales es una payasada. Acá no es delito burlarse del voto, tampoco es delito no cumplir el mandato y no honorar los contenidos del voto. Uno vota para que el candidato trabaje por determinado tiempo bajo ciertos lineamientos.

¿Qué propone Proyecto Sur?

Revocatoria de mandato a los funcionarios, terminar con las listas sábanas, implementar la boleta única para instalar el voto electrónico y sentar las bases del país que queremos para realizar una reforma constitucional.
El peronismo sin Perón

Pino Solanas desafía a cualquier dirigente peronista a debatir el pensamiento de Juan Domingo Perón. Y tiene herramientas para hacerlo. El cineasta de 73 años no sólo se acercó a la política en los tormentosos 50, sino que mientras Perón estaba exiliado en España tuvo alrededor de 30 entrevistas con él. “Yo estudié a Perón como quien estudia el código civil y lo decodifiqué. Sé quién fue Perón”, enfatiza.

Comenzó su militancia en el peronismo, ¿cómo lo ve hoy?

Cuando yo empecé a militar en política era la época del 55, años de las proscripciones grandes, cuando se movilizaban los bancarios y los ferroviarios y se los llevaba a los cuarteles y se los rapaba. Así de simple. De ese peronismo, de las resistencias obreras, no ha quedado nada. Del peronismo de las causas fundantes de Perón y Evita, ya no hay nada. Ha quedado la caricatura. Yo estudié a Perón como quien estudia el código civil, pasé seis meses en Madrid y tuve 30 entrevistas con él, pero para llegar a eso tuve entender el pensamiento de él, lo estudié, lo decodifiqué para poder dialogar con él. Hice decenas de horas de charla. Y ese es el temor que tiene la dirigencia peronista. Sé quién fue Perón.

¿A quiénes se refiere?


Poné todos en la misma bolsa. Todos estuvieron con Menem, levantaron la mano en cada una de las decisiones de Menem cuando traicionaba el ideario de Perón.

¿No rescata a nadie del PJ?

Seguramente haya alguien porque nada es todo negro ni todo blanco. Pero no se equivoquen, el PJ no es el peronismo. Ni siquiera lo era para Perón. Para él era sólo un instrumento para participar en las elecciones. Lo que cuidaba Perón era el movimiento que tenía una complejidad tremenda. Era un espacio político-cultural que expresaba la contestación de un pueblo insubordinado, un pueblo alzado rente a una historia de injusticia y opresión oligárquica, militar y neocolonial.

En los últimos actos proselitistas del oficialismo se vio como una peronización del kirchnerismo…

(Interrumpe) Pero carente de contenido. El kirchnerismo se ha apropiado de los signos porque da rédito. Es un aparato influenciado por los poderes territoriales del peronismo electoral, que encuentra en el pueblo la fidelidad a Perón y Evita porque todavía están en su memoria lo que contribuyeron a su dignidad, desarrollo y progreso. Esta posición del kirchnerismo es una maniobra muy perversa. Dicen que más de lo que se hizo, no pudieron hacer, pero es mentira. Hace seis años que están en el poder. San Martín construyó el ejército de los Andes sin financiamiento y recurriendo al ahorro de la pequeña comunidad de Mendoza, en 19 meses. Mosconi procesaba naftas nacionales a cinco meses de haber asumido la dirección de YPF.

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