miércoles, 29 de abril de 2009

PEHUAJO VENENO ARSENICO QUE VENDE ABSA CONSECUENCIAS EN LOS PEHUAJENSES

Otro vecino decidió mostrar las marcas del arsénico en su cuerpo PDF Imprimir E-Mail
Marcas del Arsénico en la piel"Yo escuchaba, años atrás, del tema del arsénico en el agua, pero no me preocupaba. Me empecé a interesar porque me tocó. Ahí fue cuando me decidí a participar", dice Juan Carlos, asegurando que, en realidad, a todos nos pasa algo parecido, recién tomamos conciencia cuando nos toca demasiado cerca.

Tiene 62 años, hace cuatro que su vida empezó a cambiar, tornándose un verdadero sufrimiento. "Tenía trabajo efectivo, pero un buen día no pude seguir, ahora hago changas de albañil, con mi hermano, pero los dolores prácticamente no me dejan".

Juan Carlos, quien solicitó reserva en cuanto a su apellido, es un vecino de nuestra ciudad que padece, como tantos otros, las consecuencias de la intoxicación de su organismo por arsénico. Hoy se anima a mostrarlo, sin tapujos, "porque yo ya tengo mi vida hecha, pero están los chicos, ese pibe de 14, su hermanita de 11, y van a aparecer de 8, 7, 6 años...", sostiene en un claro reclamo porque las autoridades tomen las decisiones que haya que tomar, en procura de una solución para todos.

Al tiempo de mostrar sus manos, sumamente hinchadas, con sus uñas engrosadas y prácticamente desprendidas de los dedos, al igual que sus pies, relata que los primeros síntomas empezaron hace aproximadamente cuatro años. "Se empezaron a poner las uñas negras, empezó la picazón en todo el cuerpo, algunas lesiones en el cuero cabelludo, los dolores, intensos, cada vez más. Fui de médico en médico, pero nadie sabía decirme a ciencia cierta, qué tenía. Una doctora me dijo que me tenía que operar todas las uñas, pero una vez me saqué una que se me había dado vuelta, y volvió a nacer hueca. En otra ocasión, también una médica terminó dándome algo para los piojos, creyendo que mis lesiones en el cuero cabelludo se debían a picaduras. Todo fue así, hasta que llegué al Dr. José Luis Demichelis, fue el único que una vez que me vio, me mandó a hacer los análisis para determinar la intoxicación con arsénico que podía tener", dijo.

Juan Carlos prosigue su relato, recordando que se hizo esos estudios en Junín, en un establecimiento privado, "porque, sinceramente, no creo que en algún lugar provincial los análisis de arsénico den positivo. Y me dieron, efectivamente, elevado nivel de arsénico".

Ante esto, manifiesta su profundo agradecimiento al facultativo nombrado, "por su gran sinceridad. Me dijo, inmediatamente, que me tenía que derivar a Toxicología del Hospital Fernández. Allí fui, me hicieron toda clase de estudios, a partir de los síntomas que tenía, para determinar dónde ha afectado más el arsénico. Sé por ejemplo, además de todo lo que se puede ver y siento, que he perdido el 70 por ciento de la fuerza en los brazos. En las piernas me hubiera pasado igual, al parecer me salva mi costumbre de andar en bicicleta para todos lados".

"Espero que pronto me den un tratamiento, porque de lo contrario lo voy a hacer, pero con San Pedro", dijo con un dejo de triste ironía, entre el dolor y la picazón "que no me dejan dormir. Las piernas me pican muchísimo, se me hinchan, las siento dormidas y noto que cada vez puedo caminar menos".

Mientras tanto, también él como otros vecinos de nuestro medio, va realizando el periplo de nunca acabar, en procura de un alivio a su situación en particular, en una lucha que lleva en su objetivo, también, el bienestar de todos, aunque aún no todos hayamos tomado conciencia, y, lamentablemente, haya quienes prefieren permanecer ignorando su estado respecto del arsénico.

Juan Carlos vivió, según su relato, durante toda su vida en Pehuajó y siempre bebió el agua de red. Tiene 3 hijos, al mayor, de 38 años, los médicos ya le aconsejaron que se realice un análisis de arsénico, a raíz de presentar deformaciones en sus uñas. "Los otros dos, al menos hasta ahora, no presentan síntomas", concluyó el vecino.

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